Pero a mí nada me entusiasmaba tanto como el mar, y dominado por este deseo, me negaba a acatar la voluntad, las órdenes, más bien, de mi padre y a escuchar las súplicas y ruegos de mi madre y mis amigos. Parecía que hubiese algo de fatalidad en aquella propensión natural que me encaminaba a la vida de sufrimientos y miserias que habría de llevar.
Daniel Defoe
4 comentarios:
Vivo al lado dle mar y no sabría estar sin mirarlo a diario.
Entrañable imagen.
Saludos!
Si Wersemei , estoy contigo el mar es entrañable
También vivo cerca del mar...hoy además pensaba mucho en él, quizás por la última foto que he puesto en el blog, recordaba instantes contemplándolo, compartiendo esos momentos o en soledad... Odel aún no he bajado la foto de los pañuelos anudados :), un día de estos lo hago...
Saludos.
...vivo lejo del mar, pero con esta entrada me lo has hecho sentir. Buen trabajo. Saludos.
Ramón
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